de EXTRANJERA
Decía la voz pegada a su espalda,
el mar metido bajo su camisa.
Entonces supo que debía marchar aunque nunca supo a donde
por que no conservaba ni tilos ni flores ni retratos
empolvados en la infancia.
"Lo primero que vi fue una isla rodeada de diamantes
quise tocar la costa y los diamantes eran lanzas
y el agua cieno.
Más adelante una ciudad enloquecía de luces
sus aceras semejaban alfombras persas
cuando las pisé supe que caminaban hacia si mismas.
De nuevo me encontré en lo profundo del mar,
el timón seguía su propio curso.
Levité sobre las olas y vi una nueva ilusión cerrando el paso
era Atenas o Nueva York.
Unos hombres lanzaban desde el muelle tomates podridos.
Extranjera!
susurraba el mar a mis oídos
extranjera!
Entonces gritó sobre la popa y su grito
rajó el teatro en dos mitades:
"Extranjeros los rayos del sol quemando mi rostro
extranjero el cielo encerrado en la cúpula de las nubes
para pasto de aves y miradas voraces
extranjera el agua que moja los cabellos y no puede detenerse
ni asentar su humedad en un lugar específico
extranjero el mar que es tumba y vientre de sí."
Extranjera! gritó de nuevo la voz
y vi sus huesos blancos volverse polvo
llevado por los vientos.
Porque comeremos castañas de navidad en cualquier rincón del globo y tú
seguirás perteneciendo a la inmensa raza que carece de suelo de flores y
retratos empolvados en la infancia
Extranjera bebe agua sal que abrasa los ojos habla y sólo recibe letanía
de mar come castañas y pavos asados mientras hunde su cerebro en la soledad del mar
IV
Extranjera entró al Café y todos miraron
el diamante prendido a su nariz
otros, la pesada carga de los días
en su mirada descarnada,
el hueso puro del dolor.
Cuando habló todos supimos
quien era.
"La vida pasó a mi lado y me llamó extranjera
en el sol, en las estrellas, en los ríos
en tu propia tierra
extranjera serás en la arcilla que te modeló
extranjeros serán tus dioses
que llevas como un saco vacío a tu espalda
extranjera la muerte que no encontrará en ti
más que un adelanto de sí:
huesos en vez de carne
nada en vez de alma."
Extranjera hincó su diente en la hostia
de sus viajes.
"Cesa ya de viajar, gritó la vida,
nada cambiará el suelo extranjero de tu muerte."